(RV).- Para hacer crecer el Reino de Dios es necesario tener el coraje de echar el granito de mostaza y mezclar la levadura. Mientras, en cambio, tantas veces se prefiere una “pastoral de conservaciónâ€. Lo dijo el Papa Francisco en su homilÃa de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Martael último martes de octubre. Inspirándose en el episodio evangélico de San Lucas, en el que Jesús compara el Reino de Dios con el granito de mostaza y la levadura, el Obispo de Roma afirmó que ambos elementos son pequeños, y sin embargo, “tienen dentro un poder†que los hace crecer. Asà sucede con el Reino de Dios: su poder viene desde dentro.
También San Pablo, en su Carta a los Romanos – propuesta por la Primera Lectura – pone de manifiesto las tensiones existentes en la vida: sufrimiento que – como dijo el Papa – “no son comparables a la gloria que nos esperaâ€. De manera que se trata “de una tensión entre sufrimiento y gloriaâ€. Y en estas tensiones – añadió – hay “una expectativa ardiente†hacia una “revelación grandiosa del Reino de Diosâ€. Una expectativa que no es sólo nuestra, sino también de la creación, sometida a la caducidad “como nosotros†y “tendente hacia la revelación de los hijos de Diosâ€. A la vez que la fuerza interna que “nos conduce con esperanza hacia la plenitud del Reino de Diosâ€, es la del EspÃritu Santo.
“Es precisamente la esperanza la que nos lleva a la plenitud. La esperanza de salir de esta cárcel, de esta limitación, de esta esclavitud, de esta corrupción, y llegar a la gloria: un camino de esperanza. Y la esperanza es un don del EspÃritu. Es precisamente el EspÃritu Santo que está dentro de nosotros y conduce a esto: a una cosa grandiosa, a una liberación, a una gran gloria. Por esta razón Jesús dice: ‘Dentro de la semilla de mostaza, de aquel grano pequeñÃsimo, hay una fuerza que desencadena un crecimiento inimaginable’â€.
“Dentro de nosotros y en la creación – reafirmó Francisco – hay una fuerza que se desencadena: está el EspÃritu Santoâ€, que “nos da la esperanzaâ€. Además, el Santo Padre  explicó concretamente lo que significa vivir en la esperanza: “Dejar que estas fuerzas del EspÃritu nos ayuden a crecer†hacia la plenitud que nos espera en la gloria. Pero asà como la levadura hay que mezclarla, de la misma manera hay que echar el granito de mostaza puesto que de lo contrario esa fuerza interior permanece allÃ. Y lo mismo sucede con el Reino de Dios que “crece desde dentro y no por proselitismoâ€:
“Crece desde dentro, con la fuerza del EspÃritu Santo. Y la Iglesia siempre ha tenido tanto el coraje de tomar y echar, de tomar y mezclar, a la vez que, asimismo, ha tenido miedo de hacerlo. Y tantas veces nosotros vemos que se prefiere una pastoral de conservación en lugar de dejar que el Reino crezca. Permanecemos los que somos, pequeñitos, allÃ, estamos seguros… Y el Reino no crece. Para que el Reino crezca se necesita el coraje de echar el granito y de mezclar la levaduraâ€.
Sin embargo, el Papa Francisco evidenció que es verdad que si se echa la semilla, se la pierde, y que si se mezcla la levadura, “me ensucio las manosâ€, porque “siempre  hay alguna pérdida al sembrar el Reino de Diosâ€:
“Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la ilusión de no ensuciarse las manos. Estos son  custodios de museos: prefieren las cosas bellas y no este gesto de tirar para que la fuerza se desencadene, de mezclar para que la fuerza haga crecer. Éste es el mensaje de Jesús y de Pablo: esta tensión que va de la esclavitud del pecado, para ser simple, a la plenitud de la gloria. Y la esperanza es la que va adelante, la esperanza non decepciona: porque la esperanza es demasiado pequeña, la esperanza es tan pequeña como el grano y como la levaduraâ€.
La esperanza “es la virtud más humildeâ€, “la siervaâ€, pero donde está la esperanza, está el EspÃritu Santo, que lleva adelante el Reino de Dios. Y el Papa – como suele hacer – concluyó invitando a los fieles a hacerse algunas preguntas: a interrogarnos, hoy, si creemos que allÃ, en la esperanza, está el EspÃritu Santo con quien hablar.
(MarÃa Fernanda Bernasconi – RV).